miércoles, 18 de noviembre de 2009

CORTO: Los nuevos planes

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LOS NUEVOS PLANES

Este guión esta debidamente registrado y protegido por las leyes de Derechos de Autor. Para su explotación comercial es necesario contar con la autorización expresa de su autor.

Guión Original: LUIS F. GALLARDO
27/Abril/2006
México D. F.

Cel: 044 55 21 48 71 05
E-mail: dosvalar@hotmail.com

EXTERIOR. CALLE CASA FAMILIA RAMÍREZ. TARDE.

JACINTO, muchacho de 13 años, flaco, viste pantalón de vestir brilloso por las planchadas y una playera descosida, completado con un calzado en estado lastimoso, camina por la bella calle de un condominio horizontal de hermosas y vistosas casas, hasta llegar a una que destaca de las demás por derruida y lastimosa. Lleva por verja una pobre maya amarrada con alambre recocido, una puerta que se arrastra rodeada de cadenas oxidadas. Sus ventanas están recubiertas de papel periódico, a pesar de lo cual, el patio se ve impecablemente limpio. Arrastra la puerta y la acomoda con demasiado cuidado. La puerta de su casa, de madera raída, se abre rechinando.

JACINTO
¡A que no adivinan lo que traje!

Cierra la puerta tras de sí. Se escuchan los diálogos tras la puerta.

SOLEDAD (OFF)
¿Qué trajiste mi amor?

JACINTO (OFF)
Ni se imaginan.

SOLEDAD (OFF)
¡Espera! No vaya a llegar tu padre temprano.

Se asoma por una de esas ventanas empapeladas, JACINTA, 15 años, una niña flaca y pálida. Echa un vistazo cuidadoso. Luego acomoda de inmediato el periódico cuidadosamente. (CORTAMOS A ESTA ACCIÓN DENTRO DE LA CASA)

INTERIOR. SALA COMEDOR FAMILIA RAMÍREZ. TARDE.

JACINTA vuelve a acomodar el papel periódico con gran meticulosidad. Los muebles de la Casa Ramírez son grandes y revelan cierto lujo, pero se ven todos roídos, viejos y desvencijados. El suelo esta recubierto por pedacería de alfombras y tapetes de distintos tipos y tamaños. Todo esta oscuro y silencioso. Sobre la mesa JACINTO deja descansar su pesada mochila. Lo rodean SOLEDAD, su madre, mujer de 35 años, abrigada con un vestido viejo, cuya textura parece de cortinas, y tiene amarrada a la cintura un trapo de retazo de alguna especie de mantel de mesa, calza dos viejos huaraches de cuero; y JACINTA, su hermana, viste con un vestido parecido en tela y colores al de su madre, ella ésta descalza. JACINTO abre la mochila…

JACINTA
Estuviste en el basurero nuevamente…


JACINTO
Si, pero esto no es de la basura.

JACINTO saca un pequeño bulto, una servilleta amarrada con una agujeta rota y la pone sobre la mesa.

JACINTO
Ábrela.

SOLEDAD abre el paquetito con mucho cuidado, desanundando la agujeta rota. Al abrirla se extiende en el centro de la servilleta que se abre como una flor un cúmulo de delicados cristales blancos, es sal. JACINTA grita entusiasmada.

JACINTA
¿Sal?

JACINTO
Sal.

JACINTA toma entre sus dedos un poquito y la pone en su lengua, cuál si fuera un placer de Dioses.

SOLEDAD
Niña, no la desperdicies…

SOLEDAD vuelve a amarrar el paquetito y con mucho cuidado lo guarda en un bolsillo improvisado en la bastilla del vestido.

JACINTO
Eso no es todo…

Saca algo envuelto en un papel periódico, ahora es JACINTA la que lo desenvuelve con entusiasmo continuado. Hay un pedazo de pan dulce (concha).

SOLEDAD
¿Quién te dio todo esto?

JACINTO
Un amigo.

A JACINTA, se le cae una gota de baba de que se le hace agua la boca.

JACINTO
Deberían de comerlo antes de que llegue papá.

SOLEDAD parte el pedazo de pan en tres partes. Da la suya a JACINTA y a JACINTO. JACINTO mira su parte con sentimiento de culpabilidad. SOLEDAD y JACINTO comen con mucho cuidado de no tirar migajas. JACINTO la mira con culpabilidad.

JACINTO
La verdad… yo me comí el otro pedazo…

Pone el pedazo de pan de nuevo en el papel de periódico.

SOLEDAD
No hijo, hoy es tu cumpleaños…

Suena el ruido de la verja. Los tres se miran aterrorizados. El impulso de soledad es envolver el pan restante en el periódico pero lo tira al suelo. Se queda paralizada.

SOLEDAD
¡Dios mío!

JACINTO corre por una escobetilla y un recogedor, lo hace velozmente. JACINTA, recoge el papel periódico, lo dobla cuidadosamente y lo guarda en un cajón. SOLEDAD se da media vuelta para dar el frente a la puerta.

EXTERIOR. CASA FAMILIA RAMÍREZ. DÍA.

JACINTO PADRE, hombre de 50 años, alto y muy fuerte, de espalda ancha y rostro severo, viste con meticuloso traje; al entrar pone cuidado desmedido en abrir y cerrar correctamente la puerta. Camina hacía la casa.

INTERIOR. SALA COMEDOR FAMILIA RAMÍREZ. TARDE.

JACINTO termina de recoger con mucho cuidado hasta las mínimas migajas, las echa con mucho cuidado en los bolsillos de su pantalón. Sacude la escobetilla y coloca en su lugar. Recordando algo repentinamente se quita los zapatos, JACINTA hace lo mismo. SOLEDAD parece haberlo olvidad cuando va a abrir la puerta de entrada.

JACINTO
¡Mamá!

SOLEDAD voltea a ver a JACINTO que le muestra sus zapatos, SOLEDAD palidece y se quita las sandalias velozmente, aunque una parece atorársele; JACINTA corre a ayudarle y se lleva sus sandalias, junto con los zapatos de JACINTO. SOLEDAD abre la puerta justo a tiempo: JACINTO PADRE, esta al pie de la puerta. Sonríe mientras se quita los zapatos.

JACINTO PADRE
Sol, ¿Por qué tardaste?

SOLEDAD
Estaba en el baño. Jas, ¿cómo estas mi amor, como
te fue?


JACINTO PADRE
Bien, aunque algo cansado…

JACINTO PADRE se quita los zapatos y las calcetas antes de entrar a casa, ya adentro, lo esperan también JACINTA y JACINTO. JACINTO PADRE descalzo, cierra la puerta tras si. Da sus zapatos a JACINTA, se desnuda de la misma forma, y le va dando cuidadosamente su ropa a JACINTA, que la va colgando de un gancho; con el mismo cuidado. De su pantalón saca su cartera, la cuál acomoda con dificultad en una vieja bata que JACINTO tiene preparada para darle a su padre, la cartera entra muy ajustada a la bolsa de la bata, que luego se coloca JACINTO, ya puesta le da un par de palmadas a la cartera. Se dirige de inmediato a la mesa. SOLEDAD limpia su portafolio, y luego lo acomoda en una cajonera.

JACINTO PADRE
No hay nada como estar en casa… Jacinto
muchacho ven acá… Sol, trae eso para acá, le traje
algo al muchacho.

SOLEDAD sorprendida, se queda un momento pasmada pero luego se dirige a la mesa con el portafolios. JACINTO la mira con la misma sorpresa. JACINTA mientras tanto sirve un consomé transparente.

JACINTO PADRE
Hija, regresa eso a la olla. Hoy vamos a celebrar
el cumpleaños de tu hermano…

JACINTA
Si papá, gracias.

Mientras JACINTO abre su portafolio, y reacomoda meticulosamente algunos papeles, saca de entre ellos unos papeles periódico que forman un rectángulo largo. SOLEDAD, JACINTO y JACINTA, rodean la mesa. Pone el paquete sobre la mesa y lo desenvuelve cuidando de no maltratar el papel periódico. Al desenvolverlo salen del periódico, dos tiras largas de tocino rancio.

SOLEDAD
Tocino.

JACINTO PADRE
Son dos tiras de tocino, para que el muchacho coma
rico… ¿No Jacinto?


JACINTO
Si papá, gracias.

SOLEDAD va a tomar el tocino, pero JACINTO PADRE la toma del brazo con fuerza desmedida.

JACINTO PADRE
¡Ah, ah! Soledad, este tocino no es para desperdiciarse,
me entiendes…

JACINTO PADRE suelta a SOLEDAD, su brazo queda rojo.

SOLEDAD
Si mi amor, ¿cómo debo prepararlo?

JACINTO PADRE
¿Debes tener todavía un poco de lazo de las cortinas,
algún sobrante? ¿No es así?

SOLEDAD
Sí mi amor.

JACINTO PADRE
Con el lazo de la cortina, vas a amarrar la orilla
del tocino, pon la olla a calentar dos minutos más
y sumerges en ella el tocino, luego deja que enfríe
otros dos minutos y sirves la mesa, porque ya tengo
mucha hambre, y creo que todos tenemos hambre…
¿no muchacho?

JACINTO
Si papa, gracias.

SOLEDAD toma el tocino, con cuidado.

JACINTO PADRE
Sol, si lo partes en cuatro pedazos, va a durar
más tiempo, esta bien…

SOLEDAD
Si mi amor.

JACINTO PADRE
¡Jacinta!

JACINTA deja rápidamente lo que esta haciendo y corre junto a su padre. JACINTO sigue parado de pie junto a él.

JACINTA
Mande usted.

Señala el papel periódico que quedó en la mesa.

JACINTO PADRE
Guarda esto.

JACINTA
Si papá, gracias.

JACINTA dobla el papel periódico meticulosamente, JACINTO PADRE la observa detenidamente. JACINTA lleva el periódico a guardar. JACINTO PADRE mira a JACINTO.

JACINTO PADRE
Ya te lavaste las manos…

JACINTO
Ya papá, gracias.

JACINTO PADRE
Puedes sentarte.

JACINTO
Si papá, gracias.

JACINTO se sienta a la derecha de su padre.

INTERIOR. COCINA FAMILIA RAMÍREZ. TARDE.

SOLEDAD sumerge el tocino amarrado en la olla, mientras JACINTA guarda el papel periódico en un cajón lleno de periódicos manchados y amarillentos. SOLEDAD saca el tocino de la olla y lo coloca en un escurridor.

Sirve a JACINTO PADRE en el mismo plato que le había servido primero JACINTA. Se ve flotando en el consomé un chícharo, un garbanzo, un trocito de zanahoria. Luego sirve en otro plato roto de una orilla, el consomé que alcanza hasta donde la grieta lo permite. Luego SOLEDAD deshace una pierna de pollo raquítica y sirve un par de pedazos grandes en un plato, luego otro par de pedazos menos grandes en el otro. Deshace el resto del pollo y echa el hueso pelón en el primero plato. SOLEDAD con un lenguaje inaudible hace que JACINTA vigile la puerta de la cocina, mientras saca la sal de su bolsillo improvisado, arroja un puñito en el consomé y en el pollo del plato roto.

SOLEDAD le da ambos platos a JACINTA, en el de JACINTO PADRE, sin hacer el menor ruido escupe con rencor. Luego revuelve con una cuchara el escupitajo que se delata en un consomé tan delgado.

JACINTA sale a servir los platos. SOLEDAD toma una taza vieja para servir más consomé con menos pollo, y toma también una lata de sardinas, donde sirve su propio consomé con los pellejos y el pollo más delgado y deshebrado de la pierna.


INTERIOR. SALA COMEDOR, FAMILIA RAMÍREZ. TARDE.

JACINTO PADRE chupa el hueso de la pierna, los demás han terminado de comer. SOLEDAD, JACINTO y JACINTA tienen la mirada baja, y los dedos de las manos cruzados encima de la mesa. JACINTO PADRE termina de chupar el hueso y lo pone al centro de la mesa.

JACINTO PADRE
Si alguien más quiere chupar el hueso, ahí esta.

Ninguno alza siquiera la vista.

JACINTO PADRE
Cuando eran niños se peleaban por chupar el hueso…
¡Cómo pasa el tiempo! ¡No muchachos!

JACINTO Y JACINTA
Si papá, gracias.

JACINTO PADRE
Gracias a Dios. Ahora recojan la mesa y váyanse a
acostar, que tengo que hablar con su madre.

JACINTO y JACINTA recogen los trastes, incluyendo el hueso de la pierna de pollo, lo llevan a la cocina. Luego van a subir la escalera a sus habitaciones.

JACINTO PADRE
No quiero nada de ruido, ni ruidito de ratones, ¿me
entienden?

JACINTO Y JACINTA
Si papá, gracias.

Se escucha como JACINTO y JACINTA hacen mutis. Cierran una puerta y luego silencio mortal.

JACINTO PADRE
Los niños están creciendo, Sol, el próximo año habrá
que hacer un gasto… un gasto insoportable como todos
los gastos, pero necesario…


SOLEDAD
¿Un gasto, mi amor… para qué?

JACINTO PADRE
Habrá que comprarle un vestido a Jacinta, un vestido
y zapatos nuevos, no para que los malgaste, sino para
que busque marido; a Jacinto hay que comprarle un
overol o unos pantalones y una playera, para que se
ponga a trabajar, una botas de suela muy gruesa.
Ya es momento de que los niños dejen de depender de
nosotros…

SOLEDAD
Pero Jacinto, mi amor, son niños todavía…

JACINTO PADRE alza la voz, intolerante ante cualquier reclamo.

JACINTO PADRE
¡Se lo que piensas, Soledad, te conozco! ¡En cuanto
los niños salgan; conozcan lo que es el mundo, ya no
querrán regresar, pero es normal! Sol, ellos tienen que
hacer su propia vida, ¡ay que lanzarlos antes de se
transformen en una carga! Sé que tienes miedo de
quedarte sola, pero ya los tuviste bajo tus faldas todos
estos años.

Se levanta de la mesa, ha dicho la última palabra.

JACINTO PADRE
¿Entendiste?

SOLEDAD
Si mi amor.

A JACINTO PADRE le viene un fuerte dolor en el pecho, se toma también el brazo, se desploma en la silla, ante la mirada atónita de SOLEDAD. Por un momento JACINTO PADRE parece desplomarse, se tambalea, se toma luego la cabeza. Resopla, se golpea en la mesa y queda ahí tendido. SOLEDAD no sabe si levantarse a ayudarlo. Tras un segundo JACINTO PADRE se recupera. Mira con ojos de fuego a SOLEDAD que baja la vista de nuevo. JACINTO PADRE se levanta con algo de esfuerzo. Camina con dificultad…

JACINTO PADRE
Deja de gastar la silla y ven a sobarme la espalda…

JACINTO PADRE sube las escaleras pesadamente, SOLEDAD va detrás de él con mayor peso.


INT. HABITACIÓN JACINTO/JACINTA. MADRUGADA.

JACINTO y JACINTA duermen juntos, en una pequeña cama individual, vestidos con sus andrajos, cobijados solamente por un par de cortinas de encaje raídas. Suena el canto del gallo un par de veces. Repentinamente se escuchas unos golpes en la puerta. JACINTA despierta asustada. Mueve con fuerza a JACINTO para que despierte, este adormilado medio despierta.

JACINTO
(ADORMILADO) ¿Qué pasa?

JACINTA
(SUSURROS) Están golpeando la puerta.

JACINTO
(SUSURROS) ¿Cómo? ¿Estas segura?

Se vuelven a escuchar los golpes a la puerta. JACINTA se muestra aterrorizada.

JACINTA
(SUSURROS) ¡Son ladrones!

JACINTO armado de valor.

JACINTO
(A LA PUERTA) ¿Quién golpea?

Se escucha una voz muy débil tras la puerta, inaudible. JACINTA parece entender.

JACINTA
(SUSURROS) Es mi mamá…

JACINTO
(SUSURROS) Mi mamá, ¿estas segura?

JACINTA
(SUSURROS) No.

JACINTO
(SUSURROS) Recuerdas el cuento de los siete
cabritos…

JACINTA
(SUSURROS) Si…

JACINTO se levanta de la cama y se asoma por debajo de la puerta, pero no se ve nada.

JACINTO
(A LA PUERTA) ¡¿Mamá?!

SOLEDAD (OFF)
(AUDIBLE) Jacinto, ¿y tu hermana? ¿esta despierta?

JACINTO
(EN VOZ BAJA) Es mi mamá.(A SOLEDAD) Si
mamá, (A JACINTA) ¡acércate!

JACINTA se acerca también a la puerta. Todo el diálogo es en voz baja.

JACINTO
¿Qué pasa, mamá, ya esta aquí Jacinta?

SOLEDAD (OFF)
Tu papá no despierta.

JACINTO
¿No despierta?

SOLEDAD (OFF)
No, ya traté de despertarlo… y no me escucha.

JACINTO
¿Y las llaves del cuarto?

SOLEDAD (OFF)
No se donde las tiene… ¿Tu sabes abrir, no jacinto?

JACINTO
Si, pero si despierta mi papá, nos va a ir muy mal…

SOLEDAD (OFF)
Te digo que no despierta…

JACINTO se levanta, de una esquina de la cama, bajo el colchón saca un gancho largo. Abre la puerta con cierta dificultad. JACINTA lo mira expectante. Se abre la puerta rechinante. Se miran, su rostro es sombrío. Los tres se dirigen al cuarto de SOLEDAD.

INTERIOR. HABITACIÓN DE SOLEDAD. MADRUGADA.

La puerta de la habitación esta abierta. JACINTA mira el cuarto con fascinación, como si lo viera por primera vez, comienza a mirar los detalles, los cajones, los utensilios de limpieza de su papá, en el closet su madre tiene tres piezas de ropa, una es su vestido de novia, que JACINTA descubre boquiabierta. JACINTO va directamente a mirar a JACINTO PADRE que está tendido como vampiro, boca arriba, con los brazos cruzados, los ojos semiabiertos, la boca entreabierta, al otro lado SOLEDAD. Todo este diálogo ocurre también en VOZ BAJA.

SOLEDAD
¿Esta muerto?

JACINTO se muestra indeciso.

JACINTO
No lo sé.

SOLEDAD
¿Qué hacemos?

JACINTO
Ir por un doctor.

SOLEDAD se muestra preocupada.

SOLEDAD
¿Con qué dinero?

JACINTO
¿No sabes donde tiene su dinero mi papá?

SOLEDAD
No. (PAUSA DE DUDA) Debe traer algo en su
cartera.

JACINTO
Hay que sacarla.

JACINTO, JACINTA y SOLEDAD se miran nerviosos. SOLEDAD mira a su hija, luego a su hijo. Se le ve indecisa.

SOLEDAD
Sácala tu, hijo, por favor.

JACINTO se acerca al bolsillo de su padre, con cierto horror, mete la mano al bolsillo, vigilan en todo momento que su padre no despierte. El bolsillo está muy apretado y no logra jalar la cartera. Tras un intento fallido. Duda de volverlo a intentar. Pero su madre no deja de verlo. JACINTO finalmente, metiendo toda la mano al bolsillo, jalando la cartera con fuerza, e incluso tras un crujido de los hilos que se rasgan como si fuesen las tripas de JACINTO PADRE que se aferran a su preciada cartera, logra sacarla.


JACINTO
(CON VOZ NORMAL) Si eso no lo despertó, debe
estar muerto, mamá.

INT. HABITACIÓN DE SOLEDAD. MEDIODÍA.

JACINTA, esta vestida de novia, con el vestido de su madre, vestido ya muy gastado. Mientras un DOCTOR joven (30 años, vestido de pants, con moderna mochila donde carga su equipo), revisa a JACINTO PADRE.

DOCTOR
No tiene pulso, no respira, tampoco muestra reflejos…
Esta muerto…

SOLEDAD
Esta seguro.

DOCTOR
Lo lamento.

SOLEDAD se muestra azorada, todavía no lo puede creer.

SOLEDAD
¿Y ahora que hago?

DOCTOR
Señora, voy a expedirle el certificado de defunción
para qué lo pueda enterrar… (A LOS HIJOS) Lo
lamento…

Mira a JACINTA que se arregla el cabello ante el espejo, JACINTA le sonríe al doctor coqueta. El DOCTOR sale del cuarto con gesto de repugnancia y baja las escaleras. SOLEDAD mira a sus hijos, que también la miran. SOLEDAD sonríe, los hijos también, SOLEDAD sale del cuarto tras el doctor.

INT. HABITACIÓN SOLEDAD. DÍA.

SOLEDAD sube la escalera, la habitación se encuentra revuelta, tanto JACINTO como JACINTA buscan tentando las paredes.

SOLEDAD
¿Qué hacen?

JACINTO
Estamos buscando el dinero, lo vamos a necesitar
para enterrar a mi papá…


SOLEDAD
Debe de estar en el armario, junto a sus trajes.

JACINTO
Ya busqué ahí.

SOLEDAD
¿Encontraste la llave?

JACINTO le muestra un juego de llaves. SOLEDAD revisa el armario de JACINTO PADRE verificando que no haya nada.

JACINTO
Mi papá tenía todo cerrado con llave…

SOLEDAD
El dinero tiene que estar aquí.

JACINTA
Y la cama…

Los tres se miran entre sí. SOLEDAD y JACINTO toman de los hombros y de los pies a JACINTO PADRE y lo bajan al suelo con poco cuidado. Deshacen la cama que tiene por sábanas, papel periódico y retazos de tela, incluyendo ropa deshecha. El colchón casi en sus resortes, flaco como los tres, parece no contener ni chinches. Posteriormente lo hacen a un lado.

JACINTO revisa atentamente la base de madera sólida, la base no tiene patas, por lo que se asienta en el suelo; la base se compone de una fila de tablones que soportan el colchón. JACINTO levanta uno de estos tablones sin mayor esfuerzo. Pero no hay nada debajo. Va a colocar el tablón en su lugar cuando JACINTA lo detiene. JACINTA levanta el siguiente tablón. Pareciera no haber nada pero se asoma por la orilla una fila de papeles. JACINTO hace a un lado su tablón y levanta el siguiente. La fila de papeles es una fila de billetes. Al levantar los tres tablones restantes, asoman hileras enteras de fajos de billetes, en su mayoría de baja denominación, aunque los hay variados. Los tres se miran sorprendidos.

SOLEDAD vuelve a colocar los tablones en su lugar. Aunque antes de colocar el tercero, toma tres fajos de billetes. Luego termina de tapiar la cama y coloca de nuevo el colchón. Se ve fatigada, se sienta a la orilla de la cama.

JACINTA
(EN VOZ BAJA) ¿No vamos a gastar el dinero?

SOLEDAD
Puedes hablar bien hija, no necesitas bajar la voz…
(GRITANDO) Puedes gritar si quieres, ¡Grita!

JACINTA
¿Qué grito?

SOLEDAD
(GRITANDO) ¡Lo que quieras!

JACINTA
(EN VOZ BAJA) No puedo…

SOLEDAD se abalanza sobre JACINTA, la sacude con fuerza neurótica, JACINTA se ve asustada.

SOLEDAD
¡Grita, grita, grita! ¡¡¡Grita!!! Aaaaagh…

SOLEDAD queda envuelta en llanto, sus hijos lloran también, la abrazan.

SOLEDAD
(ENTRE DIENTES) Maldito, malnacido…

INT. SALA COMEDOR, FAMILIA RAMÍREZ. TARDE.

JACINTO, JACINTA y SOLEDAD, bien arreglados, con ropa nueva, están sentados a la mesa. Un cúmulo de comida rápida, de envolturas, refrescos y comida chatarra inunda la mesa, pan dulce en abundancia. JACINTA toma una papa frita y come con enorme placer. Ya hablan normalmente.

JACINTO
Como tarda la funeraria.

SOLEDAD
Ya no deben de tardar, no hay que desesperarnos.

JACINTA
¿Y ahora que vamos a hacer?

SOLEDAD se ve meditativa.

JACINTO
Yo quiero estudiar, quiero ir a la escuela…

JACINTA
Yo también… pero antes quiero ir a la playa
a conocer el mar…


JACINTO
El mar…

SOLEDAD los mira con ternura, casi en el mismo estado de neurosis anterior.

SOLEDAD
Van a hacer todo lo quieran, van a estudiar, van
a viajar, van a vivir sus vidas como no han podido.

JACINTO
Pero no hay tanto dinero, o sí.

SOLEDAD
Como para toda la vida…

JACINTA
¿Y tú, mamá? ¿Tú que vas a hacer?

SOLEDAD la mira sorprendida por la pregunta. Lo piensa un momento.

SOLEDAD
Voy a comprarme muchos vestidos, muchos
zapatos… y voy a estar a su lado siempre que me
necesiten…

Tocan a la puerta externa. JACINTA y SOLEDAD se paran de inmediato con horror, se ven escandalizadas, miran la mesa tirada, por un momento SOLEDAD cree ver detrás de la reja a JACINTO PADRE.

SOLEDAD
Jacinto…

JACINTO
Tranquilas, es la funeraria.

JACINTO, calzando flamantes tenis nuevos, sale a abrir la puerta.

EXT. PANTEÓN JARDÍN. DÍA.

Cinco personas conforman el cortejo fúnebre, en una orilla apartada de un panteón arbolado y de alto follaje. Los dos SEPULTUREROS, JACINTO, JACINTA y SOLEDAD. En el féretro por supuesto JACINTO PADRE. Al llegar a la fosa correspondiente, fosa que ya está abierta. Los SEPULTUREROS que cargaban el féretro, lo depositan a un lado. Dejan en el suelo sus palas, uno de ellos desenrolla una cuerda corta.

SEPULTURERO 1
Se me olvido la pinche cuerda.

SEPULTURERO 2
No mames güey…

SEPULTURERO 1 busca entre sus cosas, entre su cinturón, en sus pantalones. Mira a su alrededor, más que nada para hacerse tonto.

SEPULTURERO 1
No, no la traigo…

SEPULTURERO 2
Pinche pendejo, pus ve por ella…

SEPULTURERO 1
Ve tú ¿no?

SEPULTURERO 2
Y yo por qué, güey.

SEPULTURERO 1
Porque te toca traer las chelas, ¿no güey?

SEPULTURERO 2
Te toca a ti, cabrón.

SEPULTURERO 1
(A SOLEDAD) Discúlpeme no güerita, uste dispidase
de su finado… ay le reza sus padres nuestros, orita
vengo, no me tardo, por dios…

SOLEDAD asiente con la cabeza. SEPULTURERO 1 comienza a caminar por donde venía, con cierta displicencia. SEPULTURERO 2, lo alcanza y le pone tremendo zape. Siguen discutiendo.

SOLEDAD
Esto no termina.

JACINTO
Ya pronto mamá, no te desesperes…

Repentinamente suena un crujido y el féretro parece pegar un salto. Se escuchan gemidos. Los tres quedan fríos, casi pálidos. El féretro vuelve a quedar inmóvil. JACINTO se acerca al féretro, cuando lo va a tocar, este vuelve a temblar, se escuchan de nuevo los gemidos. JACINTA grita y cae desmayada.

JACINTO comienza a abrir los seguros del féretro, SOLEDAD lo detiene y vuelve a colocar el seguro. Lo empuja con fuerza pero apenas lo mueve dejándolo a tres pies de la fosa. JACINTO la mira sorprendido, no atina a empujar. SOLEDAD da otro empujón, lo acerca dos pies más. Repentinamente el golpe sobre el féretro es más fuerte, el gemido ahora es como un grito muy lejano:

JACINTO PADRE (OFF)
¡Estoy vivo!

SOLEDAD da otro empujón más el féretro queda al pie de la fosa. JACINTO finalmente va a dar el empujón final junto con su madre. Irrumpe una voz justo antes del empujón final.

VELADOR
Si lo tiran así a la fosa se va a romper, mejor esperen a
los sepultureros.

SOLEDAD pega un salto de horror cuando escucha la voz del VELADOR. JACINTO empuja pero el féretro queda apenas rebasando el pie de la fosa. El VELADOR los mira cuidadosamente. JACINTO y SOLEDAD dejan de empujar, arrodillados junto al féretro. SOLEDAD comienza a llorar. El VELADOR sigue su camino. El féretro vuelve a dar un salto.

JACINTO PADRE (OFF)
¡Estoy vivo! ¡Me oyen!

SOLEDAD y JACINTO se miran, ella enjuaga el llanto, su rostro ahora esta cubierto de furia. SOLEDAD no espera a JACINTO y empuja con furia, el féretro queda a medio camino, todavía no se balancea sobre la fosa. Entre los arbustos se escucha la voz de los sepultureros. SOLEDAD y JACINTO se miran entre sí, el féretro, a tercio de foso, todavía se siente sólido.

FADE OUT A BLANCOS

EXT. PANTEÓN JARDÍN. DÍA.

FADE IN A IMAGEN

JACINTA abre los ojos, cobrando conciencia. JACINTO la tiene en sus brazos, de sus ojos se derraman lágrimas abundantes.

JACINTA
(VOZ BAJA) ¿Qué pasa?

JACINTO
(VOZ BAJA - SOLLOZANTE) Se acabo, Jaci…
Todo termino.

JACINTA
(VOZ BAJA) Ya, por fin…

JACINTO
(LE SUSURRA AL OIDO) Esta vivo…

JACINTA lo mira desconsolado, se trata de poner en pie. JACINTO PADRE ríe con los SEPULTUREROS, tiene una cerveza en la mano, con la otra abraza a SOLEDAD cuya lóbrega mirada contrasta con la alegría de los demás, mira a JACINTA con dolor.

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